Bueno, parece que el personal se intriga por lo que ha podido pasar por estos lares, pero sinceramente no penséis que se trata de espionaje, que la guerra fría terminó hace unos años. Más que nada se trata que nos afecta al bolsillo de todos los españolitos de a pie, y que jode comprobar en persona algunas cosas que forman parte de la vida cotidiana de España.
Y ahora, pasando a temas con menos suspense, os comentaré que el fin de semana pasado se me presentó una ocasión inmejorable para continuar en mi labor de conocer este vasto territorio. Todo tiene sus ventajas, y en mi caso, gracias a que una compañera de curro lleva en el ring bastantes años, pude unirme a un grupo de turistas, para visitar tres ciudades del anillo de oro.
Para los que desconozcáis qué es eso del anillo de oro, os diré que son una serie de ciudades históricas que se encuentran alrededor de Moscú. En ellas es posible comprobar el estilo de vida ruso, alejado de la lujosa y esperpéntica capital, como podéis comprobar en esos autobuses únicos que se utilizan en por aquí, o en las casas de madera que se extienden por toda Rusia, porque otra cosa no tendrán pero árboles, todos los que quieras y más. Las dos las tomé en Suzdal.
Un ejemplo claro de este estilo moscovita lo podéis comprobar en una fotillo que me llegó el otro día, y que se está propagando a la velocidad del rayo entre la colonia española de Moscú, haciendo correr ríos de tinta. Doy fe que esto es Moscú, porque conozco el lugar exacto donde se ha hecho la foto.
Seguramente la chica en su vida pensó que se haría tan famosa, y sobre todo entre los españoles, pero es inevitable que una foto así termine en internet.
Tras este pequeño paréntesis, o no tan pequeño debido al volumen del contenido, volvemos a mi pequeño viaje, aunque seguro que a algunos ya no les importa el resto, y bajanrán rapidamente buscando más fotos. Las ciudades, o más bien dicho pueblos, sobre todo por el estilo de vida, son Sergey Posad, Suzdal y Vladímir. A continuación os dejo unas instantáneas, la primera es de Sergey Posad, las dos siguientes son de Suzdal, y la última de Vladímir.
Y como colofón, y como me gusta terminar con cosas curiosas que veo por aquí, atención a la matrícula que se marca el autobús que nos llevó durante todo el fin de semana.
Entradas
